Diez últimas palabras y una voz sin individuo

Laura Molina y Miguel Ángel Lorenzio presentan una obra que indaga la expansión del sonido y sus vinculaciones con el espacio y la imagen

OCTUBRE y NOVIEMBRE 2017
Casa Nacional del Bicentenario

Laura Molina y Miguel Ángel Lorenzio presentan esta obra que se compone de dos partes. La primera es un circuito de emisión y recepción de sonido que conforma un sistema con movimiento propio. Diez soportes de forma esférica contienen diez parlantes y cinco micrófonos. Los parlantes reproducen los sonidos de una voz, las recogen y captan las vibraciones producidas dentro de ellas por medio de sus micrófonos para luego volverlas a reproducir.  La segunda se compone de una pintura de 90x190 cm y un parlante colgado del techo que sube y baja movido por un motor.

Sobre la obra, dicen los artistas:  “Nos interesa trabajar con el cruce de dos universos distintos y ver cómo dialogan entre sí creando un espacio de sentido en la interacción que surge entre ellos, tomando como eje la expansión del sonido y sus vinculaciones con el espacio y la imagen. La imagen y los textos se cruzan, se actualizan uno en otro armando capas de sentido.”